martes, 28 de julio de 2015

Dominik Rusjan, Dominik Rusjan.



AÚN SIGO RIÉNDOME PORQUE ENCONTRÉ UNA FOTO REALMENTE PATÉTICA DE UN PIBE YYYY NO PUDE EVITARLO #SORRYNOTSORRY




Sid susurré desde la puerta de mi habitación. Él cambió su trayecto de la habitación de Fede a la mía y entró como si de la CIA se tratara. Cerré la puerta detrás de mí y lo miré a los ojos. Hay que hacerlo. Hay que ir a Avgust's.




Él me miró como si estuviera loca. ¿Hablas en serio?




Asentí.


¿Qué se supone que haremos allá?



Yo mordí mi labio inferior. N-no lo sé me encogí de hombros. Podemos investigar desde ahí. Yo... no sé. ¿No habrán cámaras o algo así? Yo sólo... vacilé, considerando mi idea estúpida de repente. Noté la cálida mano de Sid en mi hombro, y lo miré sonreír.



Está bien. Si crees que con eso podemos ayudar a Matt por mí está perfecto sacó sus llaves del bolsillo y me las dejó en la mano. Ve con Stang y sácalo del estacionamiento, bajaré pronto.




Dejó un pequeño beso en mi frente y se fue de mi habitación. Yo estaba feliz por dos razones: tenía la oportunidad de investigar y no simplemente quedarme de brazos cruzados, y porque podía conducir a Stang sin necesidad de tener a un Sid borracho a mi lado.



 

 

Sid colocó su CD de My Chemical Romance. Lo miré despectiva, tratando de no perder por mucho tiempo la vista del camino. Él sólo rió.


¿Esto es algo que no sabes de mí, Kyo?



Yo torcí una sonrisa. Bueno, la verdad para mí eres demasiado... relajado. Pensé que tu estilo era 100% indie.



Él suspiró orgulloso. Me gusta lo indie. Y el rock miró por la ventanilla. La verdad sólo me concentro en la letra de las canciones. No me importa sinceramente si es country.




Lancé levemente mi cabeza hacia atrás riendo. Sid era mi comic relief. Cuando sentía que no podía más durante la semana, él llegaba y me decía algún comentario sarcástico o sacaba un chiste de su repertorio. Era agradable. Sid realmente era agradable.



Lo escuché cantando una canción a todo pulmón y realmente envidié no saberme esa letra. Aunque probablemente arruinaría su armonía perfecta porque cuando se trata de cantar yo no soy tan buena.


Bajó el volumen del radio. El concierto es en una semana dijo sin más.



Fruncí el ceño. ¿En verdad estás pensando en el concierto ahora?



Sí. Puede sonar egoísta, pero quería ir en serio contigo... se calló.



Sonreí mentalmente. Bueno. Creo que, ya sabes, no estamos de luto.



¡Finalmente! exclamó, para luego estallar en risas. Creo que tal vez podría conseguir otra entrada. Para Matteo.



Alcé mis cejas con emoción. Sí, sí. Sí. Le encantará. Le gusta mucho el estilo de Matt Healy.



Son tocayos después de todo dijo con gracia. ¿Crees que le de... miedo? Estar entre tanta gente, quiero decir.




Hice ademán de contestar, pero no tenía una buena respuesta. Al final me rendí.


No sé. Luego le pregunt-


Oh, oh, oh,

oh, oh,

oh, oh, oh, oh.


¿Me pasas mi teléfono, por favorrrrr? pedí graciosa. Había olvidado por completo el ringtone que tenía. Él rebuscó en el asiento trasero, entre mi chaqueta, y miró la pantalla.



Es un tal Jay.



¡Oh! ¡Jaydie! sonreí. Ponlo en mi oído.




Eso hizo.


¿Bueno? dije. A Fede definitivamente no le gustaría la idea de yo conduciendo y hablando por teléfono al mismo tiempo, pero bueno. Él nunca se iba a entarar.



¡Hey, Kyo! lo escuché muy alegre. ¡Acabo de conseguir entradas para ver a The 1975 este sábado! Me preguntaba si querías venir conmigo.




Aquí vamos...


¿En serio? Eso es muy bonito, Jaden dije con sinceridad, una sonrisa socarrona en mi rostro. Pero no he tenido mucho tiempo estos últimos días y no sé si pueda.



Oh. Bueno. De acuerdo, está bien respondió incómodo. Comprendo si no puedes venir conmigo, es sólo que-... bueno, ya sabes. Las entradas están agotadas y yo tuve que comprarlas a mi primo por casi el doble.




Una punzada en mi pecho. Jaden de verdad se esforzaba por mí, y aunque no sabía si él lo estaba haciendo por otro motivo distinto al de una amistad, me daba pena.


Tragué. Okay, esto es lo que haremos. ¿Te parece si nos vemos mañana en la escuela? Y nos ponemos de acuerdo. Quizás pueda cancelar algún plan o algo así...



La vida volvió a su voz. ¡Sí, sí! Eso estaría definitivamente genial. ¿Nos vemos mañana, entonces?




Nos vemos mañana envié un beso. Adiós.



Una pequeña carcajada en respuesta. Adiós.




Sid retiró el teléfono de mi oído y lo puso en su lugar. Se fijó en mi rostro contrariado y no tardó en preguntar.



Así que... ¿qué pasó?



Reí con nerviosismo. No pasó nada. Jaden sólo quería saber cómo estaba.



¿Y para saber eso tienes que cancelar algún plan?



Detuve el auto en el semáforo en rojo y lo miré con el ceño fruncido. Woah, ¿desde cuándo somos tan metiches?



Él forzó una sonrisa. Desde siempre, Salvatore. Ahora dime, ¿qué necesitaba?



No respondí.



Sólo quiero saber.



Es que esto es demasiado irónico así que sólo centrémonos en Matteo, ¿sí? respondí, con una leve sonrisa. Él me hizo caso.




Minutos después, aparqué frente a Avgust's. Sid bajó del coche y yo lo imité, guardando las llaves en mi bolsillo. Se detuvo a mi lado.


¿Sabes algo? Si yo fuera, no sé, un dependiente de una tienda de verduras orgánicas, probablemente me asustaría si dos personas entraran al establecimiento y empezaran a investigar y preguntar.




Ladeé mi cabeza, esperando por más.


Pero de verdad no me asustaría si una pareja de jóvenes me preguntara casualmente sobre un acontecimiento que probablemente no haya sido de mi incumbencia.



¿A dónde quieres llegar con todo esto? pregunté con el ceño fruncido, mi típica sonrisa bailando en mi cara.



Él tomó mi mano. A nada. Sólo se encogió de hombros pensaba que luces realmente bien con esa flannel.



Rodé los ojos. Sid, si estás insinuando que-



No insinúo nada. Sólo no me sueltes la mano y entremos.




Suspiré con resignación y entré junto a él a el lugar. Era un sitio demasiado bien organizado y tenía una apariencia de algún tipo de cede de Starbucks impactante. No podía con tanta alternatividad y vegetales y carne de soya.


Esto es condenadamente aburrido lo escuché musitar a mi lado mientras caminábamos por los pasillos. Todos estos... hipsters... con sus pantalones de pitillo y camisas a cuadros...



Lo miré graciosa. Sid, acabas de describir mi atuendo.



Bueno. Tú no eres hipster, eso lo sé besó mi mejilla.




Pasamos frente a la sección de berenjenas, donde había una especie de espejo detrás y pude echarnos un vistazo. Parecíamos una pareja. Una pareja de enamorados que iba casualmente a comprar algo para la cena. Era raro, pero a la vez no se sentía fuera de lugar.


Así que, ¿qué procede ahora? me preguntó, tomando una bolsa de papel y empezando a echar vegetales al azar, liberándome así de su agarre.



¿A qué te refieres? pregunté entretenida, viendo cómo simplemente echaba zanahorias y espárragos con una apariencia de concentración falsa.



A que qué vamos a hacer ahora contestó con obviedad.



Me lo pensé un momento. No lo sé, mate solté un suspiro. Yo sólo tenía la esperanza de venir aquí y verlo mágicamente y poder meterle un palo con clavos en el ogt.



Él me miró. ¿Al menos recuerdas cómo es Dominik?




Negué.


Bravo, Salvatore dijo entre risas. Dejó la bolsa de papel en mis manos y me plantó tremendo beso en los labios. No fue como el beso borracho; uno casto. Este fue diferente. Lo hizo con fuerza y a la vez pausadamente.




Yo era como una pequeña niña de 5 años. Sensible y demasiado necesitada de contacto físico. Así que me sorprendí a mí misma correspondiéndole el beso con torpeza.


Se separó de mí cuando nuestros pulmones empezaron a arder. Sa vacker murmuró, más para sí mismo que otra cosa. Volvió a tomar mi mano y me arrastró hasta otro pasillo.



Fruncí el ceño enojada. ¿Puedes dejar de hablar en sueco? Por el amor de Dios, Sidney, no entiendo un rábano y además es poco románt-




Me corté a mí misma.


En la pared de fondo al lado de una insípida máquina de Arizona's, había una foto que me llamó bastante la atención.




Me acerqué boquiabierta. Era la foto de empleado del mes.




(NNNNNNNNN. ALTA PAJA ARREGLARLO)


Abrí los ojos de sorpresa. ¡Era él!


¡Sid! exclamé, apretando su mano con fuerza. Me giré hacia él y pude notar que estaba en estado de shock.



Sonrió con ironía. —No tengo palabras, es todo un idiota —me miró—. ¿Ahora nuestros besos son milagrosos?



Reí, más por felicidad que por el chiste.


Vamos, hay que preguntar sobre él lo arrastré hasta por todos los pasillos hasta por fin encontrar a un depentiente. Era alto y tenía mejillas rosadas.



Hola saludó Sid.



¿Necesitan algo? preguntó. Se veía levemente ofuscado porque estaba limpiando el piso, así que ni siquiera se dignó a mirarnos.



¿Dominik Rusjan trabaja aquí? dije, esperanzada.



Él dejó de limpiar y nos miró. Sí. ¿Necesitaban algo? volvió a preguntar.



Sí. Bueno hablé, soy su prima y necesito... verlo. ¿Tienes su dirección?



Negó. Nadie sabe su dirección. Nadie sabe la dirección de nadie aquí dijo, para seguir limpiando.




Miré a Sid. "Es un idiota." articulé. Él asintió con gracia.


De acuerdo. Está bien dijo Sid, calmado. ¿Cuándo empieza su turno?



A las 2:00 p.m, Sábados y Domingos sonó como un robot.



Gracias por la información dije entre dientes, me caía realmente mal.



Meh respondió.




Quise pegarle en el rostro.



 

 
¡No puedo creer que lo hayamos encontrado! celebré, sentada en el asiento copiloto esta vez.



Sid me miró de reojo. Lo sé. Fue demasiado fácil ladeó una sonrisa. Igual y nuestros besos son-



No lo corté, seria. No. No lo digas.




Él rió y se concentró en el camino.


A Khris le encantará saber esto mencioné, aún muy feliz. Pero no le digas a Fede. Ni a Matt.



¿Por qué a Fede no?



Bufé. ¿En serio quieres decirle eso a Fede? Descargará sus dos años de furia reprimida en él y el único que acabará mal aquí será Fede, porque yo no voy a visitarlo a la cárcel.



Hice reír a Sid involuntariamente. Ahora sólo tenemos que esperar al Domingo.



¿Por qué al Domingo? pregunté a punto de hacer un berrinche.



Él me miró. Bueno. No sé. ¿Tal vez porque hay un concierto el sábado?



Estallé en brerrinches. ¡Sid! ¡Por favor! ¡Podemos esperar un año más!



¡Un año más! frenó a Stang bruscamente y se giró a mí. ¡Kyo!



¡Sid! imité.



¡Kyo!



Suspiré. Sid, Matt es más importante que un concierto.



¡Lo sé! Lo sé. En verdad. Pero- yo... ugh, ¡Kyo! se cruzó de brazos y miró al frente.



Podemos ir en la tarde racioné. ¿Qué nos detiene? El concierto empezará mínimo a las 6:00 p.m, ¿no?




Gruñó.


Además continué, estoy considerando seriamente no ir contigo.



¿Qué hay de malo conmigo? soltó, con muy mal humor.



Nada. Sólo está el hecho de que me has besado sin mi consentimiento dos veces.



¿Y...?



Me cubrí el rostro tratando de tener paciencia. Sid, ¿no tienes ni un poco de respeto?



¿Respeto por qué? Me gustas, te gusto. Francamente no sé por qué no somos novios.



Lo miré neutra. Puedo enumerarte cientos de razones por las cuales no somos novios aún, pero voy a empezar con la más simple: no me gustas.



Él río, como si de un chiste se tratara. ¿Y qué sigue? ¿Vacas voladoras?



Bufé. No me gusta que no me tomen en serio.



¡Es que rió más ¿cómo voy a tomar en serio semejante mentira?!




Lo empujé levemente, y él rió aún más.


Cuando te canses, me avisas me crucé de brazos.



Kyo, por favor. ¡Es obvio que te gusto!



No, joder, no. ¡Me gusta Jaden! solté con fastidio.




Sid dejó escapar un jadeo.



 
 

lunes, 27 de julio de 2015

Oh, Matteo.


ADVERTENCIA: Lo que leerás a continuación son hechos verídicos. Tengo el consentimiento de las personas envueltas en el caso, así que está bien si lo sabes. Ya es hora.
/¡\ En Europa la mayoría de chicos y chicas empiezan su vida sexual a los 12 años. (chau, qué tristE. virgen 100pre) 

Capítulo XVI,
Oh, Matteo.

La puerta se abrió y era un sollozante Matteo. Tenía la cara realmente roja y los ojos muy hinchados, las lágrimas le zurcaban los ojos y bailaban sutilmente en su mejilla. Tenía ojeras y se veía hecho un asco.



M-matt, ¿estás bien? pregunté, al instante reprendiéndome mentalmente. Obviamente no estaba bien. Salté del alféizar y lo encontré a mitad de mi habitación y lo abracé realmente fuerte. ¿Qué pasó, Matty?



Él me abrazó de vuelta y sólo lloró en mi hombro. Estuvimos un largo rato así, hasta que él se apartó de mí y fue ahí cuando pude verlo bien. Tenía moretones en el rostro, el labio partido y un ojo morado.



Me llevé una mano a la boca con sorpresa. Oh, Matteo... musité.



No dijo una palabra. Sólo caminó hasta mi cama y se sentó en la orilla. Me quedé parada frente a él, mirándolo, no sabía qué hacer. Dentro de mí me preguntaba si se había metido en alguna pelea de bar, o si lo habían asaltado.



Iba a formular una pregunta, cuando él empezó a quitarse la ropa. Por alguna razón no pude hacer nada más que mirarlo desconcertada, mientras que él se descubría la piel. Su cara era poco en comparación; tenía moretones en la clavícula, el pecho, los brazos, el estómago y las caderas. Estaba maltratado y todo eso se veía demasiado doloroso.



Al final se quedó sólo con sus bóxers y sus lágrimas y su expresión vacía. Ni siquiera hacía esfuerzo para llorar. Sólo lloraba.



Me apresuré a sentarme a su lado demasiado preocupada, e hice ademán de tocarle el hombro, a lo que él respondió con un leve salto, pero se dejó. Noté que su espalda estaba igual de lastimada y que en su mayoría eran moretones, pero que también tenía varias mordidas y chupetones.



Me asusté bastante. ¿Qué sucedió?



Él se tomó un largo y profundo respiro, y sonaba como si incluso eso le doliera. Anoche fui a comprar vegetales orgánicos empezó, y se cortó a sí mismo con un sollozo.



Todo estará bien. Estarás bien aseguré, incitándolo de esa manera a seguir.



Sorbió su nariz y se limpió un par de lágrimas. Anoche fui a comprar vegetales orgánicos repitió. Khris me dijo "Por los clavos de Cristo, Matteo, haz algo con tu vida y ve a comprar algo de lechuga. A Rose le encantará saber que fuiste a Avgust's a comprar sólo para ella." A mí me cae demasiado bien Rose así que fui a Avgust's reprimió un sollozo. Me sentía útil porque sabes que las únicas personas que se han preocupado de verdad por mí son los Wayne y Fede y tú y- yo- ugh, ¡sólo quería hacer algo con mi vida! Pero cuando-... cuando llegué a Avgust's todo mi mundo se fue abajo se aferró a mí y volví a escuchar su llanto. Lo abracé con firmeza, aún sin entender por qué estaba tan lastimado. Luego de un rato se separó y continuó. Dominik- él... Dios. Dominik él estaba ahí.



Mis ojos se abrieron de más a causa de la sorpresa.



Cuando Matteo tenía 13 años, se había decidido a empezar ya su vida sexual. Era un chico demasiado extrovertido y le gustaban tanto los chicos como las chicas, y, Dios, ¿has visto a Matteo alguna vez? Su rostro de ángel era demasiado llamativo y atractivo y excitante. No fue difícil para él iniciar de la manera más activa posible.



Unos meses después, lo conoció. Conoció a Dominik. Estaba en una fiesta y simplemente conectaron. En poco tiempo entablaron una relación, que las primeras semanas fue demasiado hermosa. Pero luego, empezó el abuso.





"Matteo, quiero que hagas esto de esta manera."


"Matteo, por favor, ¿puedes dejar de ser tan estúpido?"

"Me apena salir contigo en público, ¿sabes?"

"Matteo, ¡no sirves para nada!"

"Eres un maldito idiota, ¿cuándo crecerás?"

"¡Tú todavía eres un niño! *risas* No sé qué hago contigo, para ser honestos."

"No haces nada bien. ¡Ya cállate!"

"Eres una basura."



Más adelante, los golpes.



"¡Te he dicho que no te sientes así, maldita sea!" y sin importarle dónde diablos estuvieran, le pegaba. Generalmente en su demasiado-delicado rostro.



"Me pregunto cuándo dejarás de ser tan estúpido, pedazo de animal." Un moretón.



"No limpiaste bien. ¡¿Te parece que esto está limpio, Matteo?!" Más golpes.



Al final, empezaron las violaciones.



Sólo diré que una vez lo violó encima de su propio vómito.



En el proceso de sus abusos, lo orilló a apartarse de nosotros, su familia. Ya casi ni siquiera estaba en su propia casa y cuando nos veía estaba demasiado asustado como para siquiera decirnos un "hola" decente. Se veía demacrado, y lo más triste es que no podíamos hacer nada para ayudarlo porque no nos decía nada. Yo estaba más pequeña, pero podía sentir que había algo completamente diferente en él. Que algo andaba mal. Pero sólo nos limitábamos a ver cómo Dominik lo consumía lentamente.



Un buen día Fede se hartó. Junto a la ayuda de Khris, su familia y mis padres lograron hacer que Matteo escapara de él. Y de sus padres demasiado indiferentes del tema. Todos nos vinimos desde Celje hasta acá. Todo para que él mejorara.



Era sólo un niño. No entendía cómo alguien podría abusar de él. Matteo probablemente es la persona más especial que he conocido en toda mi vida y alguien simplemente venía y trataba de apartar la inocencia de su vida.



Y ahora que tenía 17, que había pasado por años de terapia y recaídas y problemas adyacentes como retraerse socialmente, drogas, alcohol, cortarse, quería volver a hacerle daño.



Me quedé callada tratando de digerir todos los sentimientos que me invadían de una sola estocada. Matteo aprovechó para continuar hablando.



En el instante en que lo vi, yo- yo simplemente me paralicé. No sabía qué hacer o adónde ir. Solo... me quedé en medio del pasillo con unos malditos tomates en la mano se llevó las manos al pelo y empezó a tirar de él con desesperación, traté de evitar que lo hiciera pero sabía que lo mejor sería que se desahogara. Lo miré a los ojos. Esos ojos azules demasiado fríos como para ser humanos. Lo vi acercarse a mí con la sonrisa que usaba cada vez que iba a abusar de mí- cada vez que... cada vez que me hacía agonizar de dolor y yo sólo empecé a llorar aún paralizado en el pasillo.



Me cubrí el rostro. Sentía mis ojos arder y mis orejas y mi cuello y todo mi cuerpo porque estaba muy enfadada.



Antes de siquiera poder reaccionar... desperté tirado en una cama de un sucio, sucio hotel demasiado lejos de aquí.



No soporté más y lo estreché contra mí con la esperanza de que todos los pedazos que Dominik había vuelto a romper se pegaran, pero no fue así.



¡Yo no quería volver a verlo nunca más! gritó con desesperación, aferrándose a mí como si fuera su única forma de desahogarse. ¡No queria volver a sentir sus manos en mí, no quería volver a sentirlo dentro de mí! ¡Y el destino fue tan perro como para cruzarme en su camino una vez más y yo- yo-! se cortó una vez más debido a los sollozos.



Fede no tardó en aparecer, notablemente preocupado. Cuando vio la escena, simplemente perdió las fuerzas y tuvo que sentarse a mi lado mientras le daba a entender lo que había pasado, a la par que trataba en serio de hacer sentir a Matteo protegido.



Esa mañana fue una de las peores de mi vida. Cancelé a Aylin a tiempo y llamé a Khris el cual estaba demasiado preocupado porque Matteo no llegó a dormir, pero que de igual modo no se atrevía a llamarnos por miedo de que le reprocháramos que lo había perdido— para que les cancelara a sus hermanos y viniera, y a Sid. Nos necesitaba a todos juntos y necesitaba saber que pasara lo que pasara íbamos a estar ahí para él siempre.



 

 

 

Tengo que llamar a mis padres dijo Fede, sentado en la isleta de la cocina con una taza de café en las manos.



Eran las 3:37 de la madrugada y Matteo seguía llorando y seguía maldiciéndose y se había bañado como 152 veces. Khris y Sid trataban desesperadamente de hacer que les dijera dónde estaba ese hotel y así poder seguir sus pasos y quizá matarlo a golpes. Pero él no cooperaba. Seguía demasiado triste, demasiado mal, demasiado roto.



Yo suspiré. C-creo que no. Tal vez... vacilé, quizás lo mejor sea arreglar esto nosotros mismos.



Fede me miró. No. No. Tenemos que hablar con ellos. Antes no lo denunciamos porque él aún era menor de edad al igual que Matteo, ¡pero el ahora debe tener como 21 y Matteo aún sigue siendo menor de edad y no permitiré que se salga con la suya de nuevo! a medida que hablaba, sus manos se habían fundido con la taza y tenía los nudillos blancos.



Cálmate. Sé que es doloroso pasé mi mano por su espalda tratando de calmarlo. A mí también me duele. Pero ¿quién hará justicia? Nadie va a tomarlo en cuenta, Fede susurré, cuidándome de que Matteo no me escuchara. Ya sabes como se toman todo esto de las relaciones homosexuales. Sólo... van a echarle la culpa. Lo tacharán de morboso. Le dirán "eso sacas por mantener relaciones sexuales tan promiscuamente." Le darán un folleto de cómo cuidarse sexualmente y terminará aún más herido.



Noté cómo Fede reprimía las lágrimas cuando se giró para abrazarme. Era un asunto que habíamos olvidado por un tiempo y había regresado a nosotros como a quien le lanzan un gran balde de agua fría.



Me odio a mí mismo ahora murmuró, para luego tratar de ahogarse a sí mismo con el café, de alguna manera. Volvió a apretar muy fuerte la taza, muy nervioso. Siempre he tratado de protegerlo. Siempre. Siempre. Y cuando me descuido un día le pasa eso y yo... ¡es mi culpa!



No digas eso solté, un poco enojada. No fue tu culpa.



No, fue mi culpa escuché a Khris detrás de nosotros. Sentí cómo se sentaba a mi lado. Sonaba incrédulo. Fue mi culpa. Debí haber ido yo mismo. Debí- yo sólo... Fue mi culpa finalizó.



Tenía demasiada presión conmigo, porque tenía que calmar a Fede, calmar a Khris, calmar a Matteo y calmarme a mí misma. La única persona que se tomó todo con tranquilidad aparente lo digo porque ahora lo mal que se sintió fue Sid. Y quería robarle esa tranquilidad para poder pensar todo mejor.



No podía hacer eso sola, así que como pude me escapé de la cocina y corrí hacia el balcón, necesitada de aire fresco y de las estrellas que quizá me calmarían. Saqué mi teléfono y le marqué a Kira.



Necesito que vengas dije sin más.






 

 

Kira llegó 20 minutos después. Fue muy difícil para ella escaparse de su casa sin que Des se enterara. Luego fue aún más difícil sacar su motocicleta (SÍ, JEJEJJE. Te recompensé con tu motocicleta, aire. Aún no se me olvidó cuando me pediste tener una en la historia) de la cochera sin hacer el más mínimo ruido. Pero llegó y eso era lo que contaba.



Me encerré con ella en la habitación de Fede porque Matteo se había apoderado de la mía. Pero no importaba siempre y cuando lo hiciera sentir menos sucio y me obligué a mí misma a contarle todo lo que había pasado desde el principio. Al final, quedó igual de devastada que cualquiera de nosotros.



Qué monstruoso musitó.



Yo asentí, sin nada más que decir.



Ahora... ahora entiendo porqué es tan... tan él. Porqué le gustan las cosas suaves y olorosas, porqué ama estar limpio, porqué es... es tan feliz. Incluso explica porqué siempre anda pregonando por ahí que es virgen. Sólo quería borrar lo que le pasó.



Volví a asentir, levantándome del sillón. Caminé hasta la ventana.



No sabemos qué hacer. No hay suficiente dinero para pagar el maldito psiquiatra y no creo que sea lo correcto pedirle dinero a mis padres. Nos preguntarán para qué lo queremos y tendremos que decirles lo que pasó y- Dios, no confiarán en nosotros de nuevo y nos llevarán con ellos de regreso a Celje. A todos nosotros. Incluso a Sid, probablemente gruñí.



Yo puedo pedirle dinero a Des... Tengo suficiente gracias a la herencia se encogió de hombros. No creo que le moleste si tomo algo de ahí para pagar la terapia.



Negué. Gracias, pero Fede se opondrá a esa opción.



Y era cierto. Orgulloso como él no había nadie.



¿Y Sid? ¿No tiene dinero?



Negué. Gastó todo el dinero del mes en remodelar su casa. No verá un centavo hasta el próximo mes y a penas vamos entrando a Abril.



¿Y cuál es el plan?



Guardé silencio. No había ningún plan. Ese era el problema.



 

Los días siguientes fueron una total tortura. Todos nosotros estábamos demasiado preocupados por Matteo como para concentrarnos en nuestras actividades cotidianas. Yo falté a la escuela tres días seguidos y Fede obtuvo un reporte en Pesca y Gastronomía por no poner atención. Khris a penas podía leer las aburridas leyes que tenía que aprenderse para la próxima clase las cuales claramente no se quedaban en su cabeza, y para Sid era muy difícil terminar los bocetos del trabajo a lápiz que le pusieron en la clase de Arte. Todos estábamos quebrados.



Pero definitivamente el peor fue Matteo. No comía, no dormía, pero tampoco salía de mi cama, y tenía demasiadas escencias mezcladas en su cuerpo debido al baño constante. Las pocas veces que pudo cerrar los ojos despertaba minutos después a causa de una pesadilla.



Pero un día simplemente se levantó de mi cama y se vistió con la ropa de Fede que le quedaba un poco grande y se dispuso a hacernos de comer. Cuando escuché ruidos en la cocina pensé que era un mapache porque sólo estábamos Kira, él y yo en casa. Pero era él. Y estaba parado frente a la estufa moviendo algo en una cacerola.



¿Matteo? soltó Kira, pasmada.



Él se giró hacia nosotras. Portaba la sonrisa más grande que le había visto mostrar hasta ese día y se veía repuesto. Los moretones habían prácticamente desaparecido al pasar los días aunque las heridas emocionales no se irían tan fácil.



Hey saludó, girándose de nuevo a la cacerola. Estoy haciendo algo de sopa. Pero no creo que me quede bien se lamentó.



Miré a Kira.



Pero... ¿te sientes bien? preguntó por mí. Yo seguía muy anonadada para hablar.



Él chazqueó la lengua. Claro que lo estoy. ¿Por qué no estarlo? volvió a mirarnos. Oh, Kyo, ¿puedes comprarme uno de esos jabones tuyos? Ése que huele a canela. Es simplemente delicioso.



Fruncí los labios sin aún saber cómo reaccionar. Al final, hablé. Sí... claro...



No pude dormir ese día.



 

A la mañana siguiente, Matteo se levantó primero que todos y se dispuso a hacernos desayuno y limpiar el apartamento. Como mencioné antes, no éramos muy cuidadosos con el porque siempre se desarreglaba otra vez o estábamos todos demasiado ocupados. Pero fue agradable que Matteo lo hiciera porque quedó realmente confortable y oliendo a hawaiian breeze. Luego del almuerzo fue a tomar su última clase del día en la universidad.



Una semana había pasado y seguía tan activo e irradiando tanta felicidad que incluso cansaba. Nos acompañaba todos lados y quería salir desesperadamente y no sólo quedarse en nuestro apartamento o el de Khris.



Pero por alguna razón no quería ir al área Oeste de la ciudad.

Y sospecho que es porque Avgust's quedaba por ahí.



Todos sabíamos que hacía todo eso para sentirse mejor consigo mismo. Todos sabíamos que era su manera de tratar de sentirse mejor consigo mismo y olvidar lo que le había pasado. Pero sólo yo sabía que no estaba funcionando. Y quería- debía hacer algo.





 
Sid susurré desde la puerta de mi habitación. Él cambió su trayecto de la habitación de Fede a la mía y entró como si de la CIA se tratara. Cerré la puerta detrás de mí y lo miré a los ojos. Hay que hacerlo. Hay que ir a Avgust's.

sábado, 25 de julio de 2015

Untitled.






Capítulo XV,
Untitled.
En esa época, tenía muchos huecos en mí aún tengo algunos, pero no tantos. No físicamente. Sólo huecos. Y siempre traté de llenarlos con comida chatarra, alcohol, dulces, tinta, drogas, poesía, amor. Pero en ese momento, cuando Sid me besó, de repente sentí como si estuviera completa. Como si todos esos huecos hubiesen desaparecido de la nada y una perfecta Kyo estuviera tumbada en el capó con el mejor amigo de su hermano encima. La manera en la que se lo tomó con calma, sin prisas de profundizar el beso, hizo que ese momento se sintiera extrañamente especial.



A lo largo de mi vida me había enrrollado con varios tipos. Había repartido besos aquí y allá, a diestra y siniestra, desesperada por sentir que al menos uno de mis huecos estuviera lleno. Había besado a extraños, me había dejado usar por chicos que no valían la pena y que al final sólo... necesitaban agregar una chica más a su lista. Pero con Sid no se sintió así. Me sentí completa. Total y desquiciadamente completa.



Pero nada dura para siempre, y esa sensación de tranquilidad espiritual me abandonó cuando Sid abandonó mis labios. Dejó caer su cabeza entre el espacio que había entre mi cuello y mi hombro derecho y sentí cómo respiró mi aroma. Me encontré a mí misma siendo invadida por la tristeza y la nostalgia, y tuve que evitar derramar algunas lágrimas. En ese momento todo se fue al caño. Había alcohol de por medio y sentimientos de soledad entre ambos y tenía la certeza de que ese beso fue todo menos especial porque él sólo quería sentirse menos solo.



No había diferencia entre ese beso y los demás besos. Y otro hueco se abrió en mí.

 
Jag önskar att du var min* dijo en un sueco demasiado inaccesible. O tal vez no fue sueco y simplemente su lengua se había enredado demasiado debido al alcohol.



Suspiré cuando sentí su respiración demasiado calmada como para que siquiera estuviese despierto, así que me sumí en mis pensamientos de tristeza y rápidamente también estaba dormida.



 

 

 

Cuando desperté al día siguiente me sentía mejor. Abrí los ojos y ya no me encontraba en el capó de un auto, sino en la cama de una habitación que no conocía. Me levanté de la cama y lo primero que noté fue el frío en mis piernas, dándome a entender que no traía pantalones. Alarmada, caminé hasta un espejo de cuerpo completo que había junto al armario y me miré de pies a cabeza. A penas contaba con una camiseta demasiado larga como para ser mía algo bueno, porque me tapaba el trasero.



Me cubrí el rostro. ¿Qué clase de estupidez cometí anoche? Tal vez Sid me vendió a unos tipos. Sí. Sí. Eso es. ¡Me vendió a Trata de Blancas!





Volví a la cama y me senté. No me sentía... diferente, ni nada por el estilo. Bufé.



knock-knock dijo alguien en la puerta.



Me sobresalté un poco, pero retomé el aliento. ¿Q-quién?



La puerta se abrió y era Sid con una sonrisa demasiado grande para mí. Llevaba el cabello suelto y a penas tenía unos skinny jeans negros puestos., y sus tatuajes eran accesorios suficienfes. Fruncí el ceño y me levanté de la cama para dirigirme hacia él. Estaba enojada porque no podía entender qué pasaba, así que se me dificultó buscar las palabras exactas.



¿Qué hago aquí? me lo pensé mejor. No, no, ¿qué hacemos aquí?



Sid se encogió de hombros. Tú estás aquí porque olvidé el camino de regreso a tu casa. Y yo estoy aquí porque... bueno, vivo aquí me tocó la frente. ¿Acaso el alcohol disminuye tus neuronas?



Le pegué en el pecho. ¡Sid! Hablo en serio. ¿Cómo- ugh, cómo es eso de que olvidaste donde vivo? me eché un vistazo rápido. ¡¿Y por qué diablos no tengo mi ropa?! halé levemente el cuello de la camiseta y me di cuenta de que, afortunadamente, llevaba ropa interior. Suspiré aliviada.



Ah, eso empezó a reír, señalándome. Anoche me pediste que te quitara la ropa porque tenías mucho calor o algo así hizo una mueca de indiferencia. Claramente no te iba a dejar sólo en ropa interior, soy hombre, así que te puse una de mis camisetas.



Deseé que me tragara la tierra. ¿M-me viste desnuda?



Él sonrió ladino. No. Te vi en ropa interior me giró con rapidez y levantó la camiseta descubriendo mi trasero. Pero pude ver lo suficiente como para percatarme de este lunar siseó. Es hermoso, pero ¿por qué tiene forma de cruz? levantó un poco más, y estas marcas tocó la parte baja de mi espalda, quemándolo todo. Son fresas, ¿no? y volvió a reír.



Empecé a temblar de rabia. ¡No me toques! rugí, apartándome con brusquedad y poniendo todo en su lugar.



Ey, tranquila puso sus manos en mis hombros. No es para tanto.



No es para tanto, dices... murmuré con pesadez.



¿Quieres desayunar?






¿Eh?



Que si quieres desayunar dijo despacio.



Fruncí el ceño. Quiero saber dónde está mi ropa e irme a mi casa.



¿Eso significa que no quieres desayunar?



Me cubrí el rostro con ambas manos.



Porque preparé algo bueno de desayuno y me molestaré si lo hice en vano, para ser honestos continuó, con voz seria.



Sí, Sid balbuceé y me descubrí los ojos. Quiero desayunar.



Él me sonrió con aprobación y se dio media vuelta; y una vez más, volví a perderme en esas constelaciones marrones que llevaba en su espalda. Reprimí una sonrisita y lo seguí. Toda su casa estaba diferente. Ya no habían cajas, había más luz, la cocina era elegante: al igual que las paredes. Y la decoración era en verdad algo fantástico. Todo era muy aesthetic grunge.





¿Cuándo hiciste todo este cambio? pregunté observando el ambiente.



Rió levemente mientras buscaba algo en la alacena. Una chica- 


Alcé una ceja. —¿Una chica? —interrumpí.


—... decoradora —continuó estuvo toda la semana pintando y dando retoques. Sacó un bowl y lo dejó en la mesada. Yo me acerqué y me senté en la isla con curiosidad. Él sacó cereal y leche y los dejó frente a mí, junto al bowl. Sírvete.



Hice un mohín. ¡Me dijiste que habías preparado algo!



Sí, bueno, mentí. Sólo quería sacarte de mi habitación.



Sonreí. Él era demasiado astuto. Bleh.





Procedí a servirme el cereal y a echar la leche, mientras que Sid se sentó a mi lado e imitó mis pasos. La mayor parte del desayuno fue en silencio. Estaba concentrada en mis pensamientos y en lo mal que me sentí la noche anterior. Pero sobretodo, estaba pensando en el beso.





El beso que me dio mientras estaba borracho.



Volví a entristecerme.



Así que, K... vaciló. Yo lo miré. ¿Te gusta la música indie-rock?



Aparté mis pensamientos y lo miré graciosa. Sí. Te lo dije hace dos días.



Uh- bueno, yo- me miró, cállate.



Uy, qué humor y continué comiendo.



Lo escuché suspirar. Conseguí entradas para The 1975 y me preguntaba si querías venir conmigo dijo rápido.



Me extrañé. ¿Por qué yo? Quiero decir, puedes llevar a Matteo o a Khris.



Bueno, ciertamente es porque no me apetece ir a una cita con ellos sonrió irónico.



No supe si tomármelo en serio o no, así que solo reí.



¿Entonces qué, Salvatore? ¿Vendrás conmigo o no?



Me alcé de un hombro. Siempre y cuando me dejes conducir a Stang no tendré ningún problema.



Escuché su risa profunda, lo cual me hizo sonreír.



 

 

 

Fede me liberó de su abrazo. ¿Dónde estabas? Dios mío, Kyo, ¡estuve demasiado preocupado por ti! ¿Lo sabes? ¿Lo sabes? Fede me sentó en el sofá. ¡Si sigues así te juro por el universo que te voy a enviar con mis papás! No puedes simplemente- ¡simplemente salir así! En esta casa hay reglas. ¡Hay reglas! ¡¿Por qué no respetas las malditas reglas?!



¿Ya te cansaste? murmuré.



Estaba algo agitado, así que se sentó a mi lado. En esta casa hay reglas repitió.



Sí, pero tienes que admitir que ya no tengo 12 años sonreí. Me gustaba que fuera sobreprotector. Sólo pensé que necesitabas estar solo. Así que Sid se ofreció a darme posada en su casa y mira me levanté, di una vuelta y volví a sentarme. No me pasó nada. Tranquilo.



Suspiró. Pudiste haberme dejado una nota o algo así. ¡Me mataría si algo te pasara!



No es necesario pensar en eso porque no me pasará nada besé su frente y me levanté del sofá. Ahora, ¿me das permiso para ir a mi habitación? Tengo tarea que hacer.



Él sonrió. Vete.



Lo imité y caminé a mi habitación con tranquilidad. Pero una vez estuve dentro de mi habitación; segura, me acosté en mi cama y me cubrí con las mantas. Había pasado una noche de locos. Tantos sucesos en unas pocas horas y mi cerebro tenía que reconsiderar todo.



Hice una lista mental:



1. Sid.

2. Jaden.

3. El poema que Sid convirtió en una canción sin mi permiso.

4. Consideré la oferta de fumar. Y probablemente iba a terminar no sólo fumando tabaco.

5. La discusión entre Fede y Justin.

6. Me peleé con Sid y me reconcilié en un santiamén.

7. Tomé demasiado alcohol.

8. Sid me besó.

9. Me invitó a una posible cita.



Kira siempre decía que yo era demasiado sensible. Y tenía razón. Probablemente las personas que no me conocían pensarían que estaba moldeada en hierro. Pero la verdad era simplemente porcelana y por cualquier cosa me rompía en cientos de pedacitos pequeños demasiado difíciles de pegar. Algunas veces no encontraba los pedazos, y por eso habían tantos huecos en mí. Era una pequeña y frágil figurilla de porcelana con demasiado aire y muchos vacíos y dolor. Pero a nadie le importaba eso y sólo me encerraba en mi habitación. A veces lloraba, a veces escribía poemas, a veces leía. No tenía otra forma de desahogarme. No había otra forma. Lo sé. Era una persona débil.



Me enterré aún más entre las sábanas y tarareé una canción de Ed Sheeran. Me sentía sola y de alguna manera bastante sucia. Sólo quería llorar y hundirme en la bañera con mucha agua aromatizada y pétalos y jabones delicados y mucho brillo. Y ni siquiera sabía exactamente por qué.



Quiero decir... sólo... sólo no sabía.



Pero esta no es una historia triste. Se supone que es una historia donde todo el mundo es feliz y tiene una maldita vida feliz. Así que sonreí y me levanté de la cama, cantando esta vez una canción de Marina & the Diamonds.





Got a figure like a pinup


got a figure like a doll,


don't care if you think i'm dumb,


i don't care at all.



Caminé por mi habitación moviéndome raro pero divertida y me dirigí a mi armario. La ropa negra era demasiado depresiva. Tal vez si usaba un color alegre me sentiría así.





Candy bear,


sweetie pie,


wanna be adored.


I'm the girl you'd die for.




Al final me decidí por una linda falda blanca de tiro alto, que me llegaba hasta la mitad de los muslos. Para no sentirme tan desnuda me coloqué unas simples medias blancas que sólo dejaban un pequeño espacio entre las rodillas y el inicio de la falda, y completé todo una crop top rosa con un estanpado de la cabeza de Bart Simpson.



Al final tenía razón. Ese atuendo me hizo sentir mejor indiscriptiblemente. Destrencé mi cabello y me puse el choker que Matteo me había ayudado a hacer y unas lindas orejas de gato. Lo admito, lucía como toda una babygirl. Pero una babygirl feliz.



Abrí las ventanas de mi habitación, tendí mi cama y robé unas velas aromáticas de la habitación de Fede porque la mía olía demasiado a tristeza. Tenían un rico olor a mango y a mí me encantaba el olor a mango.



Sintiéndome mejor y más cómoda, tomé mi teléfono y llamé a Kira.



Hellow dijo al otro lado de la línea.



Ohayo gozaimasu! saludé con entusiasmo. Sonreí. ¿Quieres venir a ver películas? Podemos ordenar pizza y hacer galletas.



Eso suena bien, pero acabo de quedar con Justin. Quiere hablar conmigo respecto a lo de anoche.





Hice una mueca. ¿Necesitas que te acompañe?



No, está bien. Puedo hacerlo sola.





Está bien suspiré. ¿Vendrás más tarde? Necesito hablar contigo.



Juro que pude escucharla sonreír. Sí, estaré allá luego del almuerzo. See you.





Adiós y colgué.



Inmediatamente lo hice empecé a marcar el número de Aylin.





Ring, ring, ring, ring...




¿Hola?





¡Hola!



¿Estás bien?





Exhalé. ¿Por qué cada vez que te llamo me preguntas eso?



Porque cada vez que me llamas es porque te sientes mal o tuviste una crisis o-





Cállate sentencié. En realidad estaba pensando en terminar de ver Orange Is The New Black contigo y podrías traer a Matt contigo, o a Jennifer.



Sí. Eso suena bien. ¿Pero estás segura de que estás bien?





Diablos, sí, Aylin. ¿A qué hora estarán aquí?



Llegaremos como en 30 minutos.





Bueno, te veo luego. Adiós.



Adióssss.





Colgué el teléfono y me senté en el alféizar. Hacía realmente un bonito día afuera y las nubes se veían realmente esponjosas. Respiré el aire profundamente y sonreí. Todo se veía muy bonito.



Unos golpecitos débiles ebn la puerta me hicieron salir de mi ensoñación.



Entra si quieres, sal si puedes dije con gracia.



La puerta se abrió y era un sollozante Matteo. Tenía la cara realmente roja y los ojos muy hinchados, las lágrimas le zurcaban los ojos y bailaban sutilmente en sus mejillas. Tenía ojeras y se veía hecho un asco.



M-matt, ¿estás bien? pregunté, al instante reprendiéndome mentalmente. Obviamente no estaba bien. Salté del alféizar y lo encontré a mitad de mi habitación y lo abracé realmente fuerte. ¿Qué pasó, Matty?



Él me abrazó de vuelta y sólo lloró en mi hombro. Estuvimos un largo rato así, hasta que él se apartó de mí y fue ahí cuando pude verlo bien. Tenía moretones en el rostro, el labio partido y un ojo morado.



Me llevé una mano a la boca con sorpresa. Oh, Matteo... musité.






*Desearía que fueras mía.







RESPUESTA A LA ÚNICA PREGUNTA:

@Sid, El día de la fiesta, cuando Kyo se quedó a dormir contigo, paso algo????? Me refiero a que si pasaron cositas no debidas 7u7

r: Si hubiese pasado algo, ¿crees que hubiese hecho tanto alboroto por un beso? 😌